En un mercado tan competitivo como el actual, las empresas tienen que monitorear constantemente la productividad y la eficiencia, indicadores cuyo principal motor para impulsarlos son los trabajadores, en el sentido de que son ellos los encargados de accionar los demás recursos del negocio y ejecutar los procesos.
En consecuencia, el incremento de la productividad, está estrechamente relacionado con los conocimientos y habilidades que los recursos humanos tienen para desarrollar las actividades que les corresponden. Un trabajador puede poseer la energía, compromiso, equipo apropiado y apoyo administrativo necesarios para ejecutar determinada tarea, pero si no cuenta con las competencias para hacerlo el rendimiento y eficiencia pueden ser más bajos de lo esperado.
Entonces, la capacitación es la respuesta al cómo aumentar la productividad
En líneas generales, la productividad es un índice que mide la cantidad de producción en una unidad de tiempo determinado. Entre mayor pericia tenga un profesional para desarrollar su trabajo, mejores serán sus resultados. Y esta se adquiere, por supuesto, con experiencia, pero también con bastante capacitación.
Este planteamiento empezó a vislumbrarse hace décadas y aún se mantiene vigente. En 1995, un estudio del Centro Nacional para la Calidad de la Educación de la Fuerza Laboral de USA, descubrió que “un crecimiento de 10% en los niveles de educación de la fuerza laboral generaban 8.6% de ganancia en la productividad total. Al mismo tiempo, un incremento de 10 % en el valor de los equipos aumentó la productividad en solo 3.4%”.
En la misma línea, un reciente informe de IBM sobre el valor del entrenamiento corporativo, reconoce que para impulsar el rendimiento empresarial, “las personas y las habilidades son una parte estratégica”. Además, arroja impactantes cifras al respecto:
- Al preguntarles por la principal fuente de valor económico sostenido en la empresa, 71% de los CEOs encuestados -el estudio incluyó 4,183 líderes en 70 países- colocaron el capital humano por delante de los productos, las relaciones con los clientes y las marcas.
- Al aumentar las habilidades del equipo en 1/3, se incrementa del 10% al 100% la probabilidad de cumplan con sus objetivos.
- Cuando los equipos están bien entrenados la productividad aumenta hasta en un 10%.
Sin duda el impacto de la capacitación en los niveles de productividad es impresionante. Es más probable que un profesional sea más productivo cuando conoce a fondo su oficio y entiende qué se espera de él. Además, el entrenamiento laboral le hace sentir al trabajador que es un miembro importante del equipo y fortalece su seguridad en lo que hace. Esto deriva en un compromiso más alto y una mayor sensación de bienestar laboral que puede impactar directamente en sus niveles de rendimiento.
Por eso, las compañías valoran altamente a los trabajadores capacitados, que también se benefician de ser más productivos.
En este sentido, las empresas de mayor rendimiento buscan captar y retener el talento mejor capacitado disponible en el mercado laboral. Eso las hace más productivas. Por eso, para que un profesional logre posicionarse en un buen cargo debe formarse continuamente, tomando cursos de capacitación y desarrollo que le proporcionen las habilidades y conocimientos más valorados y buscados por los empleadores.
Cabe señalar que aumentar la productividad de un trabajador no solo permite a la empresa obtener mejores resultados; también supone una serie de beneficios directos para el colaborador:
- Reconocimientos económicos: al lograr o superar metas puede obtener, además de “las gracias”, bonos económicos que la empresa usa para aumentar su compromiso y motivación.
- Aumento salarial: el nivel de ingresos de un trabajador está directamente relacionado con su formación académica y capacitación laboral. Al ser especialista en determinada tarea puede acceder a mejor remuneración.
- Ascensos laborales: entre más capacitada esta una persona mayor es su posibilidad de ascender en la estructura organizacional de una empresa, pues sus conocimientos y habilidades le permiten asumir responsabilidades de mayor peso.
- Oportunidades de desarrollo profesional: los gerentes saben que los profesionales que se capacitan continuamente lo hacen porque desean conseguir objetivos específicos en su vida personal y profesional. Por eso en las empresas buscan la forma de ayudarles en dicho crecimiento, especialmente como estrategia de retención para no dejarlos migrar a la competencia.
- Preparación para el cambio: la sociedad vive un proceso de digitalización en el que las empresas están automatizando y simplificando sus procesos mediante herramientas tecnológicas. Ese fenómeno supondrá cambios drásticos en muchos puestos de trabajo. Y solo los trabajadores mejor capacitados podrán asumirlos.
En conclusión, el incremento de la productividad de los trabajadores mediante la capacitación los beneficia a ellos y a la empresa. Es deber de las organizaciones impulsarla a nivel interno, pero también es necesario que cada colaborador tome conciencia de lo que significa e inicie su formación laboral por cuenta propia. Una de las mejores opciones al respecto son los cursos de capacitación y desarrollo de la Universidad Católica de Chile. Estos son avalados por el Sence, los dictan docentes de alta calidad y están alineados con la demanda actual y futura del mercado laboral.