La reforma al sistema nacional de capacitación y empleo contempla una serie de cambios que, de aprobarse, mejorarían el actuar del organismo regulador -el Sence- y el impacto de los programas de capacitación que se imparten. En ese sentido, uno de los pilares de esta medida tiene relación con la calidad y pertinencia de los cursos.
Atendiendo a lo anterior, Juan Manuel Santa Cruz -director nacional del Sence- expresó que “la transformación digital ya es una realidad que se está viviendo en los más diversos rubros y todos los trabajadores vamos a tener que prepararnos para los cambios que vienen”. En ese sentido, ¿cuáles son los principales lineamientos que plantea la reforma en lo que a un programa de capacitación se refiere? Revisemos:
1. Fecha de caducidad de los cursos
A la hora de establecer un programa de capacitación, la reforma busca velar por su pertinencia y el buen uso de los recursos públicos para este tipo de instancias. Por ello, uno de los cambios más significativos es fijar una fecha de caducidad para los cursos: si a partir de dos años de haber sido autorizados no hay inscritos -o desde la última certificación efectuada por el Sence-, se cerrarán las inscripciones, es decir, se acaba dicho curso.
2. Pago por empleabilidad
Esta medida apunta a resolver un problema que venía presentándose desde hace bastante tiempo: antes, el Sence pagaba sus cursos por asistencia, lo que limitaba el impacto de un programa de capacitación al aula de clases. Sin embargo, con la reforma se busca que los Organismos Técnicos de Capacitación (Otec) sean parte de todo el proceso -desde la capacitación hasta la inserción del alumno en el mercado- incluyendo en su giro social la intermediación laboral.
3. Elección de cursos por empleabilidad
Antaño, el Sence seleccionaba los cursos a impartir sin considerar su impacto en los trabajadores capacitados, lo que se traducía en un impacto incierto en lo que a empleabilidad e ingresos respecta. Sin embargo, la reforma en cuestión plantea que los programas sean seleccionados de acuerdo con el nivel de formalización de empleos y el aumento en los salarios.
4. Mayor transparencia
Además de lo anterior, la reforma al sistema nacional de capacitación y empleo -tal como lo especifica la Cámara de Diputados- “fortalece la obligación de los organismos técnicos respecto de los libros, formularios, documentos y demás antecedentes relacionados con la capacitación” para dar mayor transparencia a los procesos involucrados en la asignación y desarrollo de los programas.
5. Fondos concursables
La reforma propone un sistema de fondos concursables en donde personas jurídicas sin fines de lucro podrán presentar programas de capacitación que pueden ser cofinanciados por empresas. A la hora de postular a estos fondos, los proyectos deberán presentar los objetivos específicos, indicadores de rendimiento, acciones y componentes, y el presupuesto general de los gatos, acotando detalladamente qué proporción será cubierta con estos recursos.
Los cambios a la Ley Sence -en lo que a programas de capacitación y Otec se refiere- apuntan a mejorar el impacto y la pertinencia de los cursos impartidos, estableciendo nuevos requerimientos para las entidades formadoras. Todo, con el fin de que los trabajadores tengan las herramientas necesarias para desenvolverse mejor en un mercado laboral tan dinámico y competitivo como el actual.