Cada día son más las empresas y personas conscientes de la importancia de la capacitación. Por un lado, ganan las organizaciones al contar con personal capacitado para desarrollar de la mejor manera los procesos, ser más productivos y disminuir brechas de habilidades. Por otro, los profesionales también se benefician porque las competencias profesionales y aprendizajes adquiridos los hacen más valiosos en el mercado laboral. Entre más preparados estén, mayores posibilidades tendrán de alcanzar sus metas y crecer profesionalmente.
Sin embargo, muchas veces quienes toman cursos de capacitación no obtienen los beneficios esperados. En ocasiones los profesionales se capacitan y no encuentran aplicabilidad a los conocimientos y habilidades adquiridos. Esto se debe, entre otras cosas, a que los objetivos generales y específicos de los contenidos de los cursos no responden a la demanda del mercado laboral ni a los requerimientos de las empresas. En pocas palabras, se preparan para algo que nadie está necesitando, o al menos no en sus campos de acción.
¿Y por qué toman esa mala decisión?
Son varias las razones de por qué las personas toman cursos cuyos contenidos no están alineados con la demanda del mercado laboral, pero las principales son:
- Eligen el programa solo por gusto, moda o por impulso publicitario.
- No hacen un adecuado diagnóstico de sus necesidades de capacitación y las habilidades requeridas por el mercado laboral.
- Se preparan por simple obligación, sin metas profesionales claras ni un plan de capacitación trazado para alcanzarlas.
- Se inscriben en cualquier institución de capacitación, sin revisar sus antecedentes, calidad de los programas y alineación con las necesidades del mercado laboral.
En cualquiera de los casos, las personas que toman estos cursos desalineados con la demanda del mercado laboral y las exigencias de las empresas, prácticamente pierden su dinero. Aunque pueden vanagloriarse de una certificación y de los aprendizajes adquiridos, lo cierto es que continuarán teniendo el mismo nivel de empleabilidad y probabilidades de desarrollo profesional que antes de capacitarse. A fin de cuentas, las empresas exigen habilidades y conocimientos muy específicos para cada cargo, y aquellos candidatos que no las poseen simplemente no tienen oportunidad de ser contratados o ascendidos en la estructura organizacional.
Por ejemplo, actualmente las organizaciones tienen una alta demanda de profesionales capacitados en ciberseguridad. Una publicación de Forbes señala que un estudio de la fuerza de trabajo de seguridad de la información global de 2017, encontró que dos tercios de sus encuestados carecían del personal de ciberseguridad necesario para el clima de amenaza actual, y que estimaciones recientes indican que para 2021 habrá hasta 3.5 millones de puestos vacantes en la industria. Un curso en el área de sistemas e información que responda a esta necesidad es, sin duda, una excelente opción para los trabajadores del sector. Sin embargo, si éstos optan por formarse en conocimientos menos requeridos, tal vez tengan menos opciones a futuro.
Tanto la educación superior como las capacitaciones y la formación continua tienen un papel preponderante en el suministro de candidatos calificados al entorno laboral. Sin embargo, solo cuando los objetivos de los cursos están alineados con las demandas del mercado es posible formar futuros empleados realmente preparados para la industria.
¿Cómo evaluar si los objetivos de un curso están alineados con la demanda laboral?
En la actualidad esta tarea es bastante sencilla, pues la mayoría de ofertas de trabajo se publican en línea y, por lo tanto, los profesionales tienen acceso a un valioso banco de información en el que pueden ver qué habilidades están buscando los empleadores y qué certificaciones son las más valoradas.
Sin embargo, es necesario tener presente que el mercado laboral es bastante dinámico gracias al acelerado desarrollo de la tecnología, y las habilidades más demandadas en determinado momento pueden quedar obsoletas en corto tiempo, por lo que investigar tendencias y proyecciones al respecto es fundamental.
De igual forma, es importante realizar las capacitaciones en una institución de reconocida trayectoria y reputación: estas suelen realizar diagnósticos sobre las exigencias de las empresas y amoldar sus programas a ello. Además, el prestigio de cada entidad también puede impulsar la contratación del capacitado.
En conclusión, para que las personas logren adquirir competencias profesionales que realmente les aporten a su empleabilidad y posibilidades de crecimiento en el mundo laboral, deben evaluar muy bien los objetivos de cada programa y asegurarse de que responden a necesidades específicas del mercado laboral.
Por supuesto, una vez encuentren el programa en cuestión deben comprometerse plenamente con los objetivos del curso para que el aprendizaje sea óptimo y, al certificarse, sean verdaderamente competitivos y puedan afrontar los desafíos del mundo laboral de manera satisfactoria y con seguridad.